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miércoles, 11 de julio de 2012

Colecistectomía



La colecistectomía fue descrita por primera vez en 1882 por Karl August Langenbuch. Los avances tecnológicos hicieron posible incorporar la técnica laparoscópica en el tratamiento de las patologías quirúrgicas abdominales y en particular de la patología vesicular litiásica. Es así como en 1985 Mühe realizó la primera colecistectomía laparoscópica en Alemania. En 1987 Phillipe Mouret practicó la primera colecistectomía por videolaparoscopia y en 1989 Dubois publicó la primera serie de pacientes operados con esta técnica.
La colecistectomía laparoscópica es actualmente el tratamiento de elección para la litiasis vesicular sintomática, es la cirugía de invasión mínima que se realiza con más frecuencia en todo el  mundo.
La colecistectomía laparoscópica en colecistitis aguda constituye un mayor desafío quirúrgico que en la colelitiasis no complicada, porque se presentan mayores dificultades anatómicas, especialmente cuando ya se ha constituido un plastrón vesicular, creándose el riesgo de un mayor número de complicaciones intraoperatorias, de iatrogenia, porcentaje de conversiones y prolongando el tiempo operatorio. También en estos casos es más difícil descartar la concomitancia de una colédocolitiasis y debemos tener presente que el cáncer vesicular, en nuestro medio, se presenta en un alto porcentaje como colecistitis aguda.

Ventajas de la colecistectomía laparoscópica sobre el método abierto en casos de colecistitis aguda

Se puede explorar toda la cavidad abdominal.  Por el método abierto no sólo es más difícil hacerlo sino que esta maniobra podría estar contraindicada por la potencial diseminación de gérmenes.
La liberación de adherencias y la hemostasia son más sencillas de llevarse a cabo por la magnificación de las imágenes.
Es más fácil el lavado de la zona operatoria.
Mejor iluminación del campo operatorio.
Se tiene un mejor acceso visual a lugares que en cirugía abierta resulta difícil, como  por ejemplo la parte posterior e inferior del pedículo, la región subfrénica derecha, etc. Estas ventajas son aún mayores si se utiliza adecuadamente la óptica de 30 grados.
Es menor la posibilidad de infección de la pared, sobre todo si se usa una bolsa  para la extracción vesicular.
Este procedimiento constituye una excelente indicación en obesos y en pacientes de alto riesgo porque permite una mejor ventilación postoperatoria y una precoz deambulación. Se incluye también a pacientes con enfermedad coronaria severa y marcada disfunción cardiaca.
Es el método de elección para pacientes infectados con HIV o con hepatitis B, minimizándose de esta manera el riesgo de contagio.
En gestantes sintomáticos es un método seguro. Sería ventajoso en gestantes con colecistitis aguda, aunque no está demostrada plenamente la inocuidad del CO2 sobre el feto.
En casos de abdomen agudo, cuando la decisión de operar es dudosa, la laparoscopía no sólo tiene valor diagnóstico sino terapéutico si es que se trata de una colecistitis aguda.
Con este procedimiento es remota la posibilidad de dejar cuerpos extraños (gasas) en la cavidad abdominal.
Los costos son menores que los observados en cirugía abierta.

Desventajas

Imposibilidad de aplicar el sentido del tacto fino.
Pérdida de la visión panorámica y tridimensional.
El edema puede producir aumento de la luminosidad, dificultando la visión clara del campo operatorio.
Gran dependencia de la tecnología, sobre todo de la electrónica.
Existen efectos hemodinámicos y ventilatorios inherentes al uso del CO2. Se debe monitorizar adecuadamente el CO2 arterial sobre todo en pacientes con ASA II - III.


Referencias:


Servicio de noticias en salud Al Día

DiarioSalud.net